Degradación ambiental

Los peces, como el resto de organismos que viven en los ecosistemas fluviales, están influenciados por cuatro variables principales: calidad del agua, régimen de caudales, nutrientes y estructura del hábitat. Los cambios causados ​​por la acción humana en cualquiera de estas variables influirán sobre las comunidades de peces.

Los cambios más importantes pueden producir efectos cuantitativos inmediatos, como una mortandad de peces por efecto de un vertido contaminante. Las consecuencias de otros cambios pueden ser más lentas y difíciles de medir. Si los cambios producen un entorno menos adecuado, los peces crecen más lentamente, aumentan la mortalidad y la reproducción tiene menos éxito. Todo esto puede provocar un declive acumulativo que, finalmente, puede llevar a la desaparición de una o algunas especies. En las zonas mediterráneas estos impactos se agravan con el incremento de población humana, junto con la escasez e irregularidad de las precipitaciones. La reducción de los caudales de los ríos repercute, además, en un aumento de la concentración de los contaminantes en el agua.

Los impactos más importantes que sufren nuestros peces son los siguientes:

Alteración de los caudales

Los embalses actúan como depósitos de agua y alteran el régimen hidrológico natural de los ríos aguas abajo de la presa. La regularización de los caudales y la atenuación de riadas y sequías propias de nuestros ríos perjudica las especies autóctonas y al mismo tiempo favorece las introducidas, mejor adaptadas a vivir en ambientes más estables. Otro impacto lo causan las centrales hidroeléctricas. Por un lado, derivan el caudal por canales y dejan el río a veces casi seco, y por otro lado, algunas de ellas cuando devuelven el agua al río, después de pasar por las turbinas, producen un aumento repentino del caudal, lo que perjudica la fauna acuática.

Barreras

Presas y azudes bloquean el libre movimiento de los peces en los ríos. La magnitud de este problema es evidente cuando tenemos en cuenta que en los ríos de Cataluña hay contadas más de 900 barreras. Las especies migratorias como la saboga, el esturión o la anguila son las más afectadas. Por ejemplo, la anguila antes remontaba hasta las cabeceras de algunos ríos, pero actualmente en casi todos los ríos se encuentra cerrado el paso a poca distancia de la desembocadura. La saboga o el esturión necesitan remontar los ríos para llegar a las zonas de reproducción.

Para mitigar este problema se pueden construir pasos que permiten a los peces moverse a través del obstáculo. Sin embargo, muchas veces los diseños no son adecuados y la eficacia es muy baja.

Modificaciones de los cauces y riberas

La distribución de los peces está relacionada con la disponibilidad de los hábitats adecuados para cada especie, que consisten en determinadas combinaciones de velocidad de la corriente, profundidad, sustrato y objetos que proporcionan refugios, como grandes rocas, troncos caídos o vegetación acuática. La modificación o canalización de los cauces de los ríos causa la eliminación parcial o total de algunos de estos elementos naturales indispensables para los peces como refugio o lugares de desove. También las extracciones de áridos tienen un gran impacto, ya que además de tener graves efectos sobre el hábitat de los peces, modifican la pendiente de los ríos y favorecen el calentamiento del agua.

Contaminación

La contaminación de origen urbano e industrial fue un grave problema en los ríos de Cataluña durante mucho tiempo, pero la situación ha mejorado mucho gracias a la construcción de depuradoras de las aguas residuales. Actualmente el principal problema que persiste es la contaminación por metales pesados, microplásticos, pesticidas, herbicidas, hormonas y fármacos, que pueden generar efectos subletales a los peces. Algunos de estos compuestos se acumulan en los organismos acuáticos y alteran funciones vitales como el crecimiento o la reproducción. También hay que poner atención en la llamada “contaminación silenciosa”, que es el incremento de sólidos en suspensión en el agua por erosión de la cuenca fluvial, causada por la construcción de infraestructuras, la agricultura o la deforestación. Los ríos permanentemente turbios y que acumulan sedimentos y lodos en el sustrato dificultan la vida de muchas especies autóctonas.

Introducción de especies exóticas

Actualmente ya más de la mitad del conjunto de peces continentales de Cataluña son especies exóticas. Los peces introducidos tienen unos efectos claramente negativos sobre las especies autóctonas. Los impactos comprenden la depredación, la competencia por el espacio y el alimento, la hibridación y la transmisión de patógenos.