La trucha puede alcanzar tamaños de más de 80 cm, pero generalmente las truchas que viven en nuestros ríos no superan los 50 cm. En Cataluña, las poblaciones autóctonas de trucha pertenecen al linaje mediterráneo, excepto en la cuenca del Garona que son de linaje Atlántico. La coloración del cuerpo es muy variable según los ríos. En la vertiente mediterránea, la trucha autóctona tiene un gran número de puntos negros pequeños. En la cuenca del Garona, las truchas tienen menos puntos negros y son de mayor tamaño. Las truchas de ambos linajes también suelen tener puntos rojos más o menos numerosos.

La trucha es autóctona de Europa, el norte de África y el oeste de Asia. En Cataluña habita en las cabeceras de la mayoría de cuencas fluviales.

El hábitat típico de la trucha son ríos de montaña de aguas frías. Se reproduce en otoño o principios de invierno. Los huevos los ponen en zonas de corriente con sustratos de grava, donde las hembras excavan un nido.

La trucha se alimenta principalmente de invertebrados, pero los individuos más grandes también se alimentan de peces y cangrejos.

La repoblación de los ríos con truchas de piscifactoría ha producido contaminación genética sobre las poblaciones autóctonas en muchos ríos. Por este motivo, se han creado reservas genéticas para preservar las poblaciones autóctonas de cada cuenca.